Carmen Rodríguez y Fermín Romero decidieron hacer una celebración siguiendo las tradiciones y costumbres de su comunidad. Los invitados llegaron de todo del país.
Fueron tres días de fiesta ininterrumpida. En Bolivia la celebración de una boda se extiende por una semana. En General Cabrera sólo se cumplió con parte de los distintos momentos que componen un gran evento social, la unión de una pareja ante la ley, la iglesia y la familia.
Representantes de la comunidad boliviana de distintas provincias, familiares directos venidos de Bolivia y muchos vecinos de la ciudad fueron compartiendo esta gran fiesta que comenzó con el civil y luego rememoró las costumbres familiares y culturales.
Carmen Rodríguez y Fermín Romero son los protagonistas de esta historia. Lejos de su tierra natal, decidieron celebrar su boda, recrear las tradiciones de su pueblo y compartirlas con cientos de sus compatriotas que viven en Argentina.
"Queríamos que nuestras costumbres no se perdieran y por eso decidimos casarnos tal como lo dice nuestra tradición. Fue algo maravilloso para nosotros. Disfrutamos nuestro casamiento. En nuestros pagos la boda dura una semana. Nosotros venimos de los campos de Tupiza (a 1.499 kilómetros de General Cabrera) y por allá se festeja una semana", remarcó el novio.
Por su parte, la novia agregó: "Creo que es la primera vez que se casan con costumbres bolivianas. La jefa del Registro Civil nos dijo que era un gusto casarnos. El cura también, fue muy linda la ceremonia”. Carmen se toma un tiempo en su relato para pedir disculpas a sus clientes, ya que durante 4 días su tienda permaneció cerrada debido a esta celebración boliviana.
“Había gente de acá, gente de General Deheza y de muchos lados. Nosotros bailamos con nuestra música. Vino una banda desde Tupiza, contratada, que tocaba música de cumbia boliviana. La pasamos muy bien", detalló.
"Nosotros lo hicimos como nuestros abuelos, nuestros padres. Estamos realmente agradecidos a Cabrera por darnos la oportunidad de poder armar nuestra familia acá. Agradezco la presencia de gente de la comunidad boliviana, pero que vive en Río Negro, en Mendoza, Buenos Aires, La Rioja, Catamarca y todo el norte argentino", resaltó Fermín Romero.
Pedido de mano
Las tías que vinieron de Bolivia colaboraron con el vestuario de los novios. Primero, en Bolivia, se hace una fiesta para ir a pedir la mano de la novia. "Ahí el novio tiene que presentarse con sus padres, con la familia y con un garante, a la casa de la novia, que los recibe con sus padres. Comemos, bebemos algo y ese sería el comienzo del festejo. Al día siguiente está lo que nosotros llamamos boda de mujer", descrbió el novio.
“Festejamos primero en la casa de la mujer, al día siguiente de haber pedido la mano el novio. Luego hacemos la boda propiamente dicha y después, para que no quede a menos la familia del hombre, hacemos una fiesta en la casa paterna del novio", explicó la novia.
En General Cabrera fue en el salón del Ateneo Vecinos Barrio Argentino. "Les pedimos disculpas por las molestias, por el ruido. Nosotros nos íbamos a amanecer el lunes, pero como los vecinos estaban molestos, decidimos cortar a las 11 de la noche del domingo", comentó Carmen.
"En Bolivia están todos acostumbrados. Cuando se dice habrá boda, todos saben que toda la semana hay festejo. No se molestan", precisan. "También, luego de la fiesta, están los momentos de agradecimiento a quienes nos ayudaron, los que colaboraron. Ahí comemos y bebemos nuevamente".
Homenaje y regalos
El sábado sucedió lo que los novios llaman "el acto" y el domingo a las 16 horas se abrieron los regalos. "En esa parte nuestros padres se hacen compadres. Con nuestros padrinos de bodas y nuestros padres. Después de eso vino la entrega de regalos. Contamos la plata de lo que se va enflorando", o sea colocando en un hilo que rodea al cuello del novio, a manera de guirnalda.
"A eso nosotros llamamos ‘tipaco’. Es lo que se recauda en la noche mientras está la fiesta y se cuenta al día siguiente. Hay que hacer bailar el dinero que te regalaron. Hay homenaje a la Pachamama y también hacemos la chaya", relató Fermín.
Los invitados sólo llevan el regalo, pero también hay enfloramiento (hacer donaciones de dinero para que se paguen los gastos), ‘tipaco’ en quechua", agregó Carmen.