La iniciativa tiene como objetivo
visibilizar a las mujeres del sector transporte y terminar con las prácticas
culturales que discriminan a las personas de la comunidad LGBT+.
A partir de ahora, para
obtener la licencia de conducir en la Argentina habrá que aprobar, además de los exámenes ya
implementados, una “Guía práctica de comunicación con sensibilidad de género
del transporte”; es decir, un curso de diversidad y género.
La medida, que tiene alcance nacional, fue publicada en el Boletín
Oficial y elaborada por la Dirección de Políticas de Géneros y Diversidades
dependientes de la Unidad Gabinete de Asesores del Ministerio de Transporte de
la Nación.
La
guía tiene como objetivo central “generar nuevas formas de comunicar que
construyan y expresen igualdad para la
diversidad de género”. “Debemos repensar la forma en que veníamos
construyendo nuestros significados y discursos, y cómo comunicamos,
visibilizando a las mujeres y colectivo LGBTI+ del sector transporte, para
terminar con prácticas culturales que las dejan en las márgenes del desarrollo
discursivo y erradicar las desigualdades existentes en nuestro sector”, explica
el Ministerio de Transporte.
En todo el país, el programa de enseñanza a
desarrollar por las escuelas de seguridad vial para el curso teórico práctico
en la formación de conductores de vehículos motorizados, debe comprender como
mínimo los siguientes contenidos:
- Género. Roles y estereotipos. Identidad de género.
Violencia de género, tipos y modalidades de violencia. Masculinidades:
patriarcado y heteronormatividad. Mitos sobre violencia. Femicidios,
travesticidios, transfemicidios y crímenes de odio. Recursos, herramientas
y formas de abordaje contra la violencia en la conducción de vehículos automotores
y en el transporte. Acceso y participación de mujeres y diversidades en el
sector transporte”.
Conceptos básicos
Quienes
quieran obtener la licencia de conducir en la Argentina deberán entender
algunos conceptos básicos sobre equidad de género:
- Estereotipos: son imágenes o
ideas simplificadas y deformadas de la realidad, aceptadas comúnmente con
carácter inmutable, que se vuelven verdades indiscutibles a fuerza de
repetirse.
- Androcentrismo: el hombre está
considerado como centro del universo y define lo masculino como la medida
de todas las cosas y la representación global de la humanidad. El concepto
de androcentrismo suele hacer referencia a un modelo único de varón:
blanco, heterosexual, occidental, de clase media, sin discapacidad. Una
consecuencia del Androcentrismo es la ocultación de las mujeres, su falta
de definición y la no consideración de sus realidades.
- Sexismo: es un mecanismo
por el que se concede privilegio a un sexo en desventaja con el otro. El
sexismo es, entonces, pre-condición del androcentrismo. El androcentrismo
es la razón detrás de la mayoría de las construcciones sexistas.
- Patriarcado: es un sistema
que estructura la desigualdad entre los géneros y lo hace de manera
regulada y sistemática. Tiene como causa principal la jerarquía masculina
por sobre los demás géneros.
- Discriminación positiva: el
establecimiento de normas que buscan, intencionadamente, favorecer a un
determinado sector que hasta el momento se consideraba minoritario,
realizando una acción afirmativa de derechos de las minorías que, a veces,
tampoco equilibra esa desigualdad previa.
- Identidad de
género:
refleja un sentido profundo y experimentado del propio género, comprendido
desde la vivencia interna e individual de cada persona.
- Orientación
afectiva-erótica-sexual: se trata de la atracción física,
afectiva, sexual o emocional de una persona hacia otras, que no se
encuentra sujeta a determinaciones biológicas.
- Masculinidad
hegemónica:
es un modelo predominante de construcción de la masculinidad, que se
transmite culturalmente y es adoptado por la mayoría de los varones. Puede
expresarse de distintas maneras, pero las más comunes son: el carácter
proveedor, la valentía, independencia, potencia, entre otras.
- Invisibilidad de
las mujeres:
cuando las mujeres son excluidas de una realidad en la que son parte
activa. Por ejemplo, cuando no aparecen datos estadísticos desagregados
por género.
- Minimizar la
problemática de las mujeres: consiste en trivializar o no dar
importancia a las experiencias, problemas y realidades de las mujeres, por
ejemplo: no evidenciar la violencia doméstica o el acoso sexual o laboral
cuando es un fenómeno muy común.
Fuente: TN
Radio Vos y www.radiovosfm.com.ar